La indignación popular por las desproporcionadas cargas policiales contra los estudiantes valencianos fueron ayer más fuertes que las porras. Los antidisturbios cambiaron de actitud y vigilaron pasivamente las protestas, dirigidas contra la inusitada violencia empleada por los agentes contra los estudiantes, muchos de ellos menores.
Al mismo tiempo, la presión popular obligó a los responsables políticos a anunciar investigaciones por las cargas de la víspera, que se saldaron con 25 estudiantes detenidos, entre ellos seis menores. El ministro de Interior, Jorge Fernández Díez, que comparecerá en el Congreso para dar explicaciones, admitió por la mañana en Catalunya Ràdio que pudo cometerse “algún exceso” por parte de algún agente, aunque por la tarde rectificó y aseguró que al hablar de “excesos” se refería “de manera muy especial a los que cometen los radicales y violentos que aprovechan determinadas circunstancias para hacer cosas que no deben”.
Los estudiantes enarbolaron libros en una nueva marcha
La delegada del Gobierno en el País Valencià, Paula Sánchez de León, intentó rebajar la tensión en una comparecencia en la que cambió radicalmente el tono respecto a la jornada anterior. El mismo lunes por la tarde cuando todavía los agentes perseguían y aporreaban a estudiantes por las calles la delegada arropó al jefe superior de la Policía en Valencia, Antonio Moreno, que defendió la “proporcionalidad” de las medidas policiales. Sin embargo, ayer Sánchez de León reconoció con aire compungido que “el tema se desmadró” y anunció un “expediente administrativo” para investigar si hubo “extralimitaciones” por parte de las Fuerzas de Seguridad.
Ronda de encuentros
La delegada anunció, además, una ronda de encuentros con “sindicatos y asociaciones estudiantiles”. Ayer tuvo la primera reunión con la Federación Valenciana de Estudiantes. En el encuentro, la delegada prometió que no habrá más cargas policiales, según explicó tras el encuentro el representante de los alumnos, Albert Ordóñez.
Ordóñez trasladó a la delegada la principal petición de los estudiantes: su dimisión. Esta exigencia se convirtió en un clamor durante el día por parte de miles de manifestantes, asociaciones de padres y toda la oposición política. La respuesta de Sánchez de León fue: “No es momento de dimisiones”. Mañana, la delegada se reunirá con el Defensor del Menor del País Valencià, José Cholvi, que ayer anunció que investigará los incidentes.
A pesar de estos gestos destinados a enfriar el ambiente, tanto el ministro como la delegada insistieron en la versión oficial del PP sobre las cargas policiales del lunes: la de que había “radicales y violentos” en las marchas, en palabras de Fernández Díaz, que fueron quienes “crearon los problemas de orden público”. “Hubo un grupo de radicales que se aprovechó de la situación”, insistió por su parte De León. Este argumento fue repetido a lo largo de la jornada por varios dirigentes conservadores, como el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, que afirmó que hubo “violencia” por parte de los manifestantes que provocó la actuación “legítima” de la Policía.
Sin constancia
Sin embargo, la propia delegada reconoció ayer, a preguntas de los periodistas, que no le constaba que ninguno de los 25 manifestantes detenidos ya en libertad con cargos tuvieran antecedentes que permitieran calificarles de radicales: ni posesión de armas ni pertenencia a ninguna organización violenta.
Las declaraciones de los políticos conservadores obviaron, además, la realidad de los hechos del lunes: que fue la Policía la que cargó contra los estudiantes cuando estos cortaron el tráfico de una avenida, sin que mediara una provocación previa por parte de los manifestantes. Los manifestantes fueron varios centenares, y contra ellos se movilizaron 250 agentes antidisturbios, informa Pedro Águeda. Ayer llegaron a Valencia 150 efectivos más procedentes de otras ciudades, en previsión de más incidentes.
Denuncia ante los tribunales
IU, por su parte, denunció las agresiones ante la Fiscalía de Menores. Fuentes de este organismo anunciaron ayer que la denuncia se derivará a un juzgado ordinario, ya que los presuntos delitos fueron cometidos por adultos. Mientras, Jueces para la Democracia consideró necesario investigar judicialmente los “excesos individuales” que pudieran haber cometido los agentes, pero también “los posibles excesos por parte de cualquier persona”, y destacó que es “evidente” que existe “una responsabilidad clara de los responsables políticos”.
Los sindicatos policiales se sumaron ayer a la petición de dimisión de Paula Sánchez de León entre duras críticas contra ella y el ministro de Interior. En un comunicado, la Confederación Española de Policía (CEP) les acusó de “introducir sospechas sobre el trabajo de la Policía”, “escurrir el bulto” y eludir su responsabilidad en los incidentes para “proteger su interés político”. El Sindicato Unificado de Policía (SUP) les reprochó que pretendieron “matar moscas a cañonazos”.
Tras las cargas del lunes, los estudiantes decidieron ayer interponer los libros a las porras de los agentes. Enarbolando libros al grito de “estas son nuestras armas”, miles de universitarios se concentraron al mediodía en la puerta de la Facultad de Historia y desde allí atravesaron la ciudad para reunirse con los escolares de Secundaria concentrados en la puerta del Instituto Lluís Vives, donde hace ocho días se iniciaron las protestas contra los recortes. Entre los títulos exhibidos estaba el Manifiesto comunista, con el que un chico intentaba aleccionar a un policía. “Yo he traído uno de tapas duras, por si tengo que defenderme de la Policía”, explicó una estudiante.
El comportamiento de la Policía frente a los estudiantes fue completamente diferente al del día anterior: los agentes se limitaron a cortar el tráfico al paso de los jóvenes, a pesar de que, igual que en las jornadas anteriores, estos no habían pedido la autorización preceptiva para manifestarse.
A última hora de la tarde los estudiantes acudieron a la sede del PP valenciano. Miles de personas llenaron las grandes avenidas cercanas al partido, que quedaron cortadas al tráfico. La ocupación de la vía fue pacífica y al cierre de esta edición no se habían registrado incidentes.
Miles de personas se solidarizan con los alumnos agredidos
Las redes sociales extendieron ayer la primavera valenciana por varias ciudades españolas con la llamada a la movilización y la solidaridad. En Madrid, más de un millar de personas, sobre todo universitarios, cortaron varias calles en protesta por la violencia policial. Los agentes, ante la presencia de los jóvenes, no actuaron. Así, las imágenes del lunes pasado de la carga policial en Valencia contrastaron con las de ayer en Madrid: los jóvenes recorrieron, sin ser parados por la Policía, desde la Puerta del Sol hasta la sede del PP, en la calle de Génova.
“¡Yo también soy el enemigo!”, gritaron los estudiantes durante toda la manifestación, que discurrió de manera improvisada. Tan sólo ante la sede del PP, al final del recorrido, se vivieron algunos momentos de tensión.
Los jovenes caminaron durante dos horas tras una pancarta con el siguiente lema: “En solidaridad con los estudiantes valencianos, contra los recortes, nosotros también somos el enemigo”. “Qué valiente, pegar adolescentes”, fue otro de los cánticos que se corearon.
“El mensaje de la Policía en Valencia ha sido una demostración de inmunidad”, señaló Eneko Ansotegui, profesor de Secundaria. Este docente interino acudió a la Puerta del Sol con dos compañeros, como él, víctimas de los recortes educativos. “Lo que sorprende es que la Policía actuara así en Valencia sabiendo que la prensa estaba mirando”, agregó Juan Rodríguez, profesor de Historia.
“Es una barbaridad lo que ha ocurrido, querrán meter miedo a la gente para evitar protestas ante los recortes”, opinó Julia, contable, que participa en las asambleas del 15-M. El hecho de que ayer la marcha terminase sin incidentes graves fue una demostración de que la violencia empleada en Valencia fue desproporcionada. “¿Esto es normal? He estado cubriendo los disturbios en Valencia y con un tercio de la gente que hay ahora mismo aquí hubo de todo”, señaló un periodista valenciano caminando por el Paseo de la Castellana, desierta por los cortes de tráfico. A las 22.30 los antidisturbios se retiraron de la sede del PP después de que la mayoría de los jóvenes se dispersara. Al cierre de esta edición, un grupo continuaba hacia Atocha.
En Sevilla, alrededor de un millar de personas se dieron cita ante la sede del PP andaluz. “Valencia, Sevilla está contigo”, “Esto nos pasa por un Gobierno facha” o “Menos Policía y más educación” fueron de los cánticos más coreados. Al cierre de esta edición, el gentío había cortado el tranvía en una avenida aledaña, informa Ángel Munárriz.
También en Barcelona el número de manifestantes ascendió a un millar, informa Brais Benítez. “Es vergonzoso que peguen así a chavales menores de edad; no tiene nombre”, exclamaba Carmen, que se había unido a la protesta junto a sus dos hijas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario