miércoles, 22 de febrero de 2012

¿Qué Universidad necesitamos en la actualidad?

Por. Noel Manzanares Hace casi 200 años, John Stuart Mill, al asumir como Rector de la Universidad de Saint Andrew, recordaba que la función de las academias no es hacer que los estudiantes aprendan a repetir lo que se les enseña como verdadero, sino formar personas con capacidad de pensar por sí mismas. De cara a las diversas manifestaciones de la crisis global que tiende a agravase; cuando un número creciente de estudiantes de nivel superior protestan por problemas para lograr el título correspondiente y/o la calidad menguada de las clases que reciben; luego de darle seguimiento y analizar lo sucedido en el evento internacional Universidad 2012 que acaba de concluir en La Habana, considero oportuno significar algunas ideas acerca del papel de las Casas de Altos Estudios en cualquier latitud en aras de tributar a cambiar el desorden mundial. Para situar el contexto en que vivimos, dar una visión de la tragedia que existe en el mundo e, incluso, adquirir una aproximación a la alternativa para ubicar en armonía a la triada Persona-Sociedad-Naturaleza, recomiendo repasar el encuentro que sostuvo el Líder Histórico de la Revolución Cubana con destacados intelectuales en la presente emisión de la Feria Internacional de Libro de La Habana resumido en el título “Es el Fidel de siempre”. No obstante, para el tema de marras pienso que es oportuno tener presente el trabajo Indignación en Harvard que devela cómo un grupo de estudiantes de economía tomó la decisión de retirarse en bloque de la cátedra de Introducción a la Economía del ¿prestigioso? recinto norteamericano, en protesta por el contenido y el enfoque desde el cual se imparte esta materia. Su autora, se pregunta “¿Qué hay de asombroso en este hecho?” y de inmediato brinda la respuesta: “En primer lugar, la protesta tuvo como destinatario directo al conocido economista Gregory Mankiw, ex asesor del presidente George W. Bush y autor de uno de los manuales de macroeconomía más utilizado en las escuelas de economía dentro y fuera de Estados Unidos. En segundo lugar, porque de acuerdo con la carta entregada por los/as estudiantes antes de retirarse de la cátedra, el motivo de la protesta fue su indignación por lo que consideran el vacío intelectual y la corrupción moral y económica de gran parte del mundo académico, cómplices por acción u omisión en la actual crisis económica. Y en tercer lugar, se trata de un hecho insólito, porque los integrantes del movimiento estudiantil detrás de este hecho de indignación académica en contra del pensamiento único neoclásico, pertenecen a la élite económica, social y política de los Estados Unidos, que se forma en la Universidad de Harvard para dirigir las corporaciones empresariales globales y/o para asesorar a los Gobiernos en materia de políticas económicas y financieras”. Asimismo, trae a colación que hace casi 200 años, John Stuart Mill, al asumir como Rector de la Universidad de Saint Andrew, recordaba al claustro de profesores de esa institución que la función de las academias no es hacer que los estudiantes aprendan a repetir lo que se les enseña como verdadero, sino formar personas con capacidad de pensar por sí mismas. O sea, enseñarles a “poner en duda las cosas; no aceptar doctrinas, propias o ajenas, sin el riguroso escrutinio de la crítica negativa, sin dejar pasar inadvertidas falacias, incoherencias o confusiones; sobre todo, insistir en tener claro el significado de una palabra antes de usarla y el significado de una proposición antes de afirmarla”. Con estos presupuestos, es evidente la valía del 8vo. Congreso Internacional de Educación Superior “Universidad 2012” que convocado por el Ministerio de Educación Superior y las universidades de Cuba sesionó en La Habana del 13 al 17 de febrero bajo el lema “La universidad por el desarrollo sostenible” —reflejo de la responsabilidad ante la sociedad y su tiempo—, al propiciar un ámbito para la reflexión y el debate orientado a valorar la contribución universitaria a dicho desarrollo. Debo decir que este evento científico-pedagógico estuvo insertado en las perspectivas de las autoridades del sector en la Isla que hacia el exterior se encamina a la cooperación multilateral en materia educativa para contribuir a la unidad de Latinoamérica y el Caribe, tanto más porque hoy como nunca es indispensable más equidad social en un tema que se ha deprimido de manera galopante en muchas países del Sur del Río Bravo cuyo ejemplo más fehaciente quizá se halle en Chile. Si también resalto que quienes nos visitaron en “Universidad 2012” pudieron constatar que lo que hoy son quimeras en otros países para nosotros son asuntos muy tangibles; que este Curso Escolar en Cuba se enrumba a perfeccionar el proceso docente-educativo con el desafío de tributar a elevar la calidad de la Participación Ciudadana y la Construcción del Consenso; que una brújula es aprender y aprehender una lección martiana, a saber: “Ser bueno es el único modo de ser dichoso”./ “Ser culto es el único modo de ser libre”; entonces me atrevo a asegurar con poco margen al error: he aquí la Universidad que necesitan los terrícolas en la actualidad.

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