Científicos de la NASA detectaron un planeta con superficie rocosa que podría estar evaporándose en un sistema estelar remoto. Según los estudiosos, podría ser el primer caso de transformación de un astro de estas características en una nube de gas.
Se trata de un cuerpo con corazón de roca del tamaño de Mercurio, que está transformándose en gas debido a la intensa radiación de la estrella a la que orbita, dedujo un grupo científico de la Universidad Tecnológica de Massachusetts, que realizó una investigación a partir de los datos recolectados por el telescopio espacial Kepler.
La evaporación fue detectada en el marco de la observación de la estrella llamada KIC 12557548, de un tamaño poco menor que el del Sol. La estrella sufrió eclipses cada 15.685 horas. Este dato puede dar cuenta del momento en que el planeta pasa frente al astro al que orbita. Sin embargo, a diferencia de otros eclipses ya observados por la NASA, la intensidad del oscurecimiento varía ostensiblemente de un paso a otro.
Los científicos establecieron que a juzgar por su período orbital, el planeta se encuentra en una distancia equivalente al 1% de la distancia que separa la Tierra del Sol. En ese lugar el cuerpo celeste está expuesto a las temperaturas de cerca de 2.000 K, lo que es aun más de lo que se necesita para evaporar minerales como pioroxeno y olivina, comunes para los planetas rocosos.
Como resultado, el planeta emite vapor de roca y polvo al espacio, que forman una nube que detiene la luz de la estrella cuando el planeta está delante de la misma. El planeta incluso podría tener una cola semejante a la de los cometas, comentan los investigadores. La nube varía en tamaño de un paso a otro, lo que explica por qué los eclipses no son idénticos. La ciencia todavía no registró planetas rocosos que se evaporen, aunque sí fue estudiada la evaporación de un exoplaneta gaseoso, descubierto por el telescopio Hubble (en la imagen de la Nasa se ve una representación artística de la evaporación de un planeta del tipo jupiteriano).
Los investigadores suponen que el destino de este planeta es evaporarse por completo en unos 200 millones de años. Este proceso ayudaría a imaginar qué podría pasar en nuestro sistema solar dentro de miles de millones de años, cuando -según predican los astrónomos- el Sol se convierta en una estrella de las conocidas como ‘gigante roja’.
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